Era solo una bolsa de huesos, un despojo humano, la sangre en el ojo, un buen vino picado. Era un grito de ayuda, de una voz muda en el viento, un pez gordo que muere por su boca al morder una vez mas el ansuelo. Podia escribir los cuentos, cantar melodias populares, pero solo era un momento, era un alma en tantos bares. Viaje de ida es su boleto, lo espero siempre de vuelta, caminando las mismas calles en que su perdicion tropieza.
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