tengo antojo de mani con chocolate, de una pelicula de amor para llorar, de secarme las lagrimas en tu buzo, de acostarme en tus piernas, de besarte la sonrisa, de hundir mi mano en tu pelo, de hacerte el amor, de respirar tu aliento, de fumar marihuana, de comer helado de tramontana, de sentir tus manos frias en mi espalda, de pegarme a tu piel desnuda, de tenerte entre mis brazos, de morderte la oreja, de revolcarte en la alfombra, de dormir con vos.

hay tanto amor 
que empiezan a sobrar palabras
en lo superfluo de tu piel
anida el secreto de tu encanto
y esa mariposa que aletea
hace el viento que llega desde el sur
para volarte las ideas
hasta el tiempo sin espacio que te creas
cada vez que viajas cerrando los ojos
con el sol de frente y los pies en cielo
con la mente abierta y el corazón expandiendo
en cada latido un suspiro
conquistando el aire cercano,
convirtiéndolo en amor

la felicidad de levantarse con un rayo de sol - no con el despertador.
la nostalgia del domingo, la resaca de anoche,
las frases que me punzan aun todavia las sienes,
los pelos en todas direcciones por obra del viento - y la almohada.
el desayuno/almuerzo que se debate entre dulce y salado resulta ser pan con tomate y mayoliva.
otro dia que empieza y las horas que ya se van - y no esperan.
No vine a buscar la solución porque todavía no nació,
es una pregunta que no tiene signo
pero no es una afirmación,
no si la niego.
Ahora es cuando me como tanto la cabeza que me vomito
una novela que se que no va a pasar
La misma escena, una y otra vez.
vos... 
mis palabras
mi llanto atragantado
mi sin razón
mis planteos
mis problemas
mis sentimientos
mi exageración
mis rollos
tu silencio
Un dia volvió, trajo su perfume de lluvia, su andar apurado,
antes de dejar el saco en la silla subió las escaleras con la mirada,
esperaba que alguien baje a recibirla.
Puso la pava en el fuego, los dedos le temblaron cuando prendio el fosforo,
lo que no puso fue agua en la pava, ni la concentracion en lo que hacia.
El pelo le había crecido hasta la mitad de la espalda,
y como siempre, olía a manzanilla. Estaba mas rubia, mas flaca.
Amagó ir por el pasillo que lleva al patio de atras,
pero freno en la puerta de la cocina y volvio sobre sus pasos.
Se hizo mas chiquita en aquella gran casa, en aquel inmenso silencio
Se tomo la cabeza por las sienes,
cerro fuerte los ojos,
se sacó los anteojos - sin vidrio- y los puso en la mesa,
escucho gritar a la pava por quemarse en el fuego,
y lloro hasta que alguien entro a buscarla.
Se miraron intensamente, 
se olieron,
se tocaron,
se sintieron en cada milimetro de su piel,
se aferraron,
se unieron,
y cuando se tuvieron bien cerca,

bien adentro,
ella lo miro y le dijo "me amo"