Cuando vuelvo a mi barrio, a eso de las nueve de la noche, voy oliendo todas las comidas que preparan las señoras en sus casas... que asoman por las ventanas y se mezclan con la misma brisa que anuncia que ya paso el verano... y el chasquido de unas hojas dice bienvenido otoño, hola peperina ya estas en casa.

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