Soles de la Primavera
que no dejan las flores morir
Que del monte a la ciudad
han tenido que venir
cuando un gobierno tirano
impuso no dejarlos vivir.
Con pequeñas manos aprenden
lo que a mayores ven hacer,
oidos atentos y bocas
repiten la historia otra vez.
Hijas del destino agreste,
del monte, y la cultura aborigen
Victimas del absurdo genocidio
que sus tierras exigen.

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