Vos ya estabas pegando la vuelta
yo llegaba apurada y sin mochila,
nos atrapó el tiempo justo sin mirar el reloj
y ahora fluimos en las horas
que no pasan en nuestro interior.
La casualidad fueron los colores,
y que yo llegaba al lugar que volvías,
que los ojos se busquen
y que nos encontremos
los dos, en el mismo lugar
afuera y adentro.
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