A mí llorar me cuesta, pero cuando llueve me invade una melancolía muy propia para la poesía. Hace rato que no escribo poesía, de todas maneras. La lluvia se me está transformando en algo mundano, más que nada por su relación con la vida ordinaria (ir al trabajo, hacer trámites, viajar y todas esas cosas a las que afecta), lo que no me gusta nada.
A mí llorar me cuesta, pero cuando llueve me invade una melancolía muy propia para la poesía. Hace rato que no escribo poesía, de todas maneras. La lluvia se me está transformando en algo mundano, más que nada por su relación con la vida ordinaria (ir al trabajo, hacer trámites, viajar y todas esas cosas a las que afecta), lo que no me gusta nada.
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